Como brilla el vidrio en el asfalto.
Lo he visto,amenazante,
cortando el viento a toda velocidad: imparable
penetrando todo lo que tengo por certeza,
haciéndome pensar en que dormir es perder el tiempo,
como si el tiempo fuese real,
como si existiera;
así, como si valiese la pena rendirle toda esta pleitesía.
El rey del mundo: el tiempo.
Porque el tiempo es oro,
y al que madruga “dios” le ayuda.
Quien creyera.
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