¿Cómo capturar el instante preciso de la desesperanza?
¿Cómo lograr atrapar, para que no se escape nunca,
el sentimiento de angustia que nos invade
cuando inclinamos la cabeza para que no nos vean llorar?
Es imposible.
Como consuelo nos quedan los homenajes que tejemos a punta de recuerdos,
de imágenes vagas,
de reflejos en el espejo,
de aquello que en algún momento fue pero que ya nunca jamás será.
Las cosas pasan de cierta manera solo una vez en la vida.
La cortina cae,
el telón pesado golpea por una ultima vez la madera dulce del escenario
donde alguna vez recibimos aplausos y ahora solo queda silencio.
Todos los finales son principios,
todos los principios tienen un final.
"¿Y nosotros?", nos preguntamos desde fuera,
desde la platea,
desde cualquiera de los cómodos palcos forrados en terciopelo rojo y suave,
el mismo que decora la gran mentira que es nuestra existencia.
"¿Y nosotros?".
Nosotros nada.
Nosotros venimos y nos vamos;
somos el instante, somos uno con el instante,
nos atenemos a su vaivén melancólico y asfixiante,
vertiginoso y pasivo-agresivo.
Nosotros nada, repito.
Nosotros: Tu, yo, él, ella.
Nosotros.
13/9/12
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